Por su procedencia – la abogacía- y por su contenido – la ética, “el Colegio de Abogados me ha dado el mejor premio que podré recibir en toda mi vida profesional y personal”. De este modo agradeció Ladislao Roig, teniente fiscal de Baleares, la entrega, merecida, del Premio Degà Miquel Frontera a la Ética Jurídica que le ha concedido el ICAIB en reconocimiento de “la profesionalidad mostrada a lo largo de su dilatada trayectoria en el Ministerio Fiscal y el trato exquisito que siempre ha dispensado a todos los operadores jurídicos sobre la base del absoluto respeto de la deontología jurídica y de la leal colaboración con quienes intervienen en la administración de Justicia”.
Durante su intervención, Ladislao Roig hizo una defensa acérrima de la imparcialidad del ministerio fiscal, principio que, opina, legitima al ministerio público y es la quintaesencia de la función que éste tiene encomendada. “Se es tan fiscal cuando se acusa como cuando se defiende”, aseguró, al tiempo que abogaba porque la libertad de criterio, la imparcialidad y la buena fe sean, siempre, en cada momento y en cada asunto, los valores que guíen la actuación profesional”.
Por eso, y porque “La Justicia es la última esperanza de los desamparados”, afirmó, “seguiré luchando expediente por expediente para que así sea”.