“El año 2020 tuvo un protagonista tan doloroso como inesperado que trastocó nuestras vidas y nuestra actividad profesional y que marcó un nuevo escenario que obligó a reinventarnos”. De este modo se refería el decano – durante el repaso que realizó de la actividad colegial de 2020 en la Junta General-, a la irrupción de la COVID-19, un virus “que modificó las prioridades colegiales para situar en primer lugar la protección a los colegiados y el apoyo a quienes se vieron especialmente afectados en su actividad por la pandemia”.

Protección y apoyo económico
Así, explicó el decano, además de suspender el servicio de togas antes, incluso, de que se declarara el Estado de Alarma, en fecha 13 de marzo se logró que tribunales y centros policiales dieran prioridad a la comunicación telefónica y/o telemática entre profesionales y detenidos.

Se hizo también un esfuerzo importante para poder suministrar mascarillas y guantes a los letrados de guardia y se habilitó una línea de teléfono que estuvo operativa las 24 horas del día para que los profesionales pudieran realizar consultas o comunicar incidencias.
La afectación que, sobre la actividad de los despachos, tuvieron las restricciones de movilidad y la paralización de la actividad judicial fue, por su parte, la base de tres decisiones económicas que quiso destacar el decano: la condonación de las cuotas colegiales de los meses de abril, mayo y junio; la habilitación de un fondo especial de ayudas hasta llegar a los 70.000 euros; y la negociación de un servicio de confirming para que los letrados y letradas del turno de oficio que lo deseen puedan pedir, sin coste alguno para ellos, un anticipo de los asuntos pendientes de cobro.

Formación y nuevos servicios
Las nuevas necesidades de la abogacía surgidas de la COVID propiciaron también la creación de nuevos servicios, como entre otros, destacó el decano, la creación de una plataforma de salas virtuales para reuniones entre profesionales o entre estos y sus clientes y la cesión de salas, debidamente equipadas, en la sede de Palma para la celebración de videojuicios.

También la actividad formativa del ICAIB se adaptó rápidamente a las nuevas circunstancias impuestas por el coronavirus y pasó a formato online gracias a la activación de una plataforma que permite seguir, de forma simultánea, las conferencias en línea al mayor número posible de personas. En total, en 2020 se llevaron a cabo más de 60 acciones, con más de 9.600 inscripciones y la asistencia final de 7.000 profesionales.

Agradecimientos
Al final de su intervención, el decano reiteró su agradecimiento a quienes le acompañan en la Junta de Gobierno y a todas las personas que integran las distintas comisiones colegiales, quienes, dijo, “se han dejado la piel para estar a la altura de las nuevas circunstancias y responder, con la mayor agilidad posible, a las nuevas necesidades que surgieron de la pandemia”. Entre ellos, recordó el decano, estuvo también José Miguel del Campo “a quien desde el 9 de abril del pasado año echamos tanto en falta en la Junta de Gobierno”.

Memoria colegial 2020